No hay duda, los beneficios de las petroleras se han disparado tanto o más que sus precios, hay factores estructurales, pero no paran de subir y ya no se nota el descuento al combustible.
No tiene límites. Ahora que se vuelve a hablar de reducir la velocidad en todas las vías de circulación lo que parece no tener freno es el precio de los combustibles. Diésel y gasolina están de récord y eso ya teniendo en cuenta el descuento de 20 céntimos aprobado hace apenas unas semanas. El litro ya se paga a 2 euros o más independientemente del combustible. El aumento se ha notado especialmente en los últimos días y los consumidores aseguran que ya no notan para nada las ayudas que llevan vigentes desde abril. La sensación general es que se paga lo mismo que a finales de marzo. Por tanto, la medida no ha conseguido atajar el problema. Tan solo retrasarlo unos días más. Mientras las sospechas por inflar y pactar los precios están ahí… ¿Qué está pasando para que no se note el descuento de 20 céntimos?
Las apariencias a veces engañan. En el mundo de la energía, como ha explicado Jorge Morales de Labra, nada es tan fácil como parece… Por un lado, es cierto, que hay una situación de precios más altos que hace un mes, pero, por el otro, siempre que hay una rebaja de impuestos ocurre un curioso fenómeno. Al final, se acaba absorbiendo y desapareciendo. De modo, que con el paso del tiempo siguen siendo iguales o, incluso, superiores a los que había antes. No falla nunca, pero ahora precisamente hay algunas razones que lo explican. Si se mira la cotización del barril de Brent cuesta prácticamente lo mismo que hace un mes. Oscila todos los días, pero en líneas generales se mantiene estable. Lo normal, a veces un poco más y otras menos. Por este motivo, muchos verán claro lo que está pasando, ¿verdad?
Las gasolineras aseguran que exclusivamente están trasladando al precio final el incremento de costes que se está produciendo a nivel global. Cada vez suben más y ya no se notan las ayudas.
Sin embargo, lo que sucede es otra cosa. El problema es que el petróleo se paga en dólares y no tanto en el coste de la materia prima. Así, la explicación se encuentra precisamente en que el euro se ha depreciado frente a esta divisa en un 5%. Cifra que llega a encarecer el precio del litro de combustible en unos 5 céntimos y la culpa es exclusivamente del tipo de cambio. Hay algo más… Rusia no solo es el tercer mayor exportador de petróleo de todo el mundo. También lo es de gasóleo y de otros productos derivados ya refinados. Además, el consumo se ha intensificado mucho en los últimos meses. Solo hay que pensar que los tanques y la mayoría de los vehículos militares se mueven con diésel. Por lo tanto, ahora mismo hay un déficit estructural de este carburante en toda Europa.
En Estados Unidos también se deja sentir en los precios y eso que son autosuficientes en lo que se refiere a producción de petróleo. La cuestión es que no dan abasto. No tienen suficientes refinerías para dar respuesta a toda la demanda. Por eso, en muchas estaciones de servicio ya está más caro que la gasolina y eso que tienen menores impuestos. Así, si el Gobierno no hubiera puesto en marcha el descuento de los 20 céntimos los precios serían aún mayores. En números redondos a 0,1 euros más de lo que se está viendo ahora. Aun así, las compañías del sector están duplicando sus beneficios… lo que hace pensar que también con los combustibles pueda haber una intervención del mercado como la que ya han visto las eléctricas con el límite al precio del gas. Más temprano que tarde terminará llegando.